Nuestra balandra
Siempre he pensado que las embarcaciones son femeninas. No son ellos, son ellas.
Y voy a seguir ese criterio. Las mías siempre han tenido nombre de mujer, y desde 1987 se llaman siempre igual. Mas grandes, mas pequeñas siempre el mismo (y van 8)
Antes de la pandemia decidimos que había que cambiar de eslora y de plan de navegación. Siempre nos ha gustado movernos y cambiar de puerto.
Compramos una semana antes de que nos confinasen y no pudimos traer la embarcación hasta junio de ese año.
En ese momento le dijimos adiós a nuestra querida Martuca y hola a la nueva.

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